SALIR, BEBER, EL ROLLO DE SIEMPRE...
Dicen que quien tiene un amigo tiene un tesoro, lo difícil es mantener esos lazos perdurables en el tiempo. A medida que crecemos lo hacen nuestras responsabilidades y no podemos pasar horas enganchados al móvil, como en antaño, contando nuestras penas o quedar todas las tardes a tomar café y debatir sobre los devenires de la vida. Por eso mis amigas y yo establecimos un pacto: cada dos meses se fija una fecha para vernos. Así pues, esta entrada de hoy va dedicada a ellas con todo mi cariño. Había que poner un nombre al grupo y nos decantamos por LAS CHICAS DE ORO en honor a esa serie americana que tantas carcajadas nos arrancó a finales de los 80. Igual, por nuestra edad, muchos de sus guiños a la vida de unas viudas, solteras y divorciadas cincuentonas nos pasaron desapercibidos en su momento; pero llegados casi a los cuarenta nos ha sido más fácil identificarnos con ellas porque, pase lo que pase, vemos nuestra amistad perdurable en el tiempo. Cuando se acerca la fech