POESÍA



A MIS ABUELOS

Con los cuatro angelitos que hay en mi cama 
me enseñaste a rezar cada mañana.
 Tu sagacidad y chascarrillos 
siempre encontraban, 
en cada situación, 
la respuesta adecuada.
Cómo quisiera contarte lo que me pasa... 
a veces siento tu respuesta 
cuando beso el babero 
que dejaste sobre la cama. 
Así se que estás siempre a mi lado 
aunque te eche mucho en falta.
 Te fuiste a bailar al cielo, 
pasodobles que tanto te gustaban
y ahora estás con el abuelo 
bailando el 
"Tres veces guapa".
Vuestro legado será eterno,
un amor que nunca pasa.
Gracias por haber sido mis abuelos,
viviréis siempre en mi corazón
y en todas aquellas buenas acciones que haga.
Porque vosotros me enseñásteis 
que el amor siempre gana.


ME VI EN TUS OJOS

Me vi en tus ojos,
me vi en tus sueños,
me vi en tu vida,

me vi en tus besos.

Me vi contigo,

me vi queriendo,

queriendo tanto

que ya no veo,

pues son tus ojos

mi luz, mi cielo,

son mi camino

y son lo cierto.

Pues son tus ojos
con los que veo
y tu corazón
con el que siento.



ALMERÍA, TIERRA MÍA

Miro por mi ventana
y ... ¡qué lejos queda el mar!
Tan lejos como esos sueños
que un día fueron realidad.
Esas tardes de verano
paseando junto al mar,
cuando supe por un instante,
realmente lo que era amar.
Almería, tierra mía,

¡cuánto te voy a llorar!


Fragmento: DE CUPIDO NADIE SE ENAMORA


Cuando miro sus ojos, señora,
en ellos veo reflejados mi alma.
Cuando miro sus labios, señora,
ardo de deseos por besarla.
Cuando rozo sus manos, señora,
sueño con poder amarla.
Porque toda usted, señora,

se ha adueñado de mi alma.




ESTÁS A MI LADO

Cada mañana al despertar
tu mirada risueña
me anima a luchar.
Será un gran día,
me dices desde esa fotografía
que no me canso de mirar.
Y yo te creo,
porque si me faltan las fuerzas
sé que me ayudarás.
Porque aunque ya no estés conmigo
nunca has dejado de estar.
Ya que el amor nunca muere,
el amor se transforma,
viajas en mi corazón
y caminas cada día a mi lado.
Lo hacías cuando yo era pequeña
y me subías a caballo.
Y de mayor era yo la que te sostenía
cuando las piernas te fallaron.
Echo de menos esos pasodobles que bailábamos,
cuando tú no querías que yo me hiciera daño
al sostenerte en mis brazos.
Y yo te decía:
«Con el hombre más guapo estoy bailando».
Ese «Tres veces guapa»
que aún sigo cantando
y aunque tú ya no bailas,
 te siento a mi lado.
Te quiero, abuelo
y jamás te he olvidado
porque sé que cada día,
tú estás a mi lado.





NO LLORES ESPAÑA

No llores España,
no llores mi tierra,
no llores dolores,
no llores más penas,
por esos que te queman,
te fracturan, te saquean,
tú ya has vivido mucho,
has pasado muchas guerras.
Has sido romana,
musulmana, celta, íbera,
madre de culturas,
madre de cien lenguas.
Eres tú mi España,
eres tú mi tierra,
grande, fuerte, única,
hermosa y eterna.
Por eso no llores,
que todo se arregla.
Y será tu historia
quien narre esta afrenta.
No llores mi España, 
no llores mi tierra.




Soy aventurera
que viaja entre textos.
No sé cuándo sueño,
o simplemente recuerdo.
A veces soy princesa,
a veces soy verso,
otras soy la musa
que inspira a genios.
Soy las emociones
que a tu lado siento.
Has sido siempre y serás
mi más fiel compañero.


Recordemos... Cuando caminábamos juntos por los parterres, sin rozar nuestras manos. Cuando nuestros corazones latían acompasados y nuestras miradas furtivas se cruzaban de reojo, de vez en cuando, tímidas, juguetonas, como ese amor adolescente por el que no pasaban los años.
Recordemos... Cuando los primeros compases de una acordeón sonaban evocando un viejo tango argentino y tú me decías: "¿Bailamos?".
Y yo seguía tus pasos aunque no supiera a dónde me estabas llevando. Juntos todo lo teníamos. Todo lo que éramos, todo lo que soñábamos, todo era bonito. Todo era posible... Todo.
Ser como esas palomas que volaban juntas, libres, felices, eternos, con un futuro por delante solo para nosotros. Abrir nuestras alas y volar, ser libres... Soñar.

Ahora paseo por estos parterres y aunque ya nada es igual, solo se me ocurre decirte una cosa: "¿Recordamos?".


Si no hay razones busco excusas
para colarme en tus ensoñaciones.
Para que sean mis ojos
 los que anhelas ver cuando despiertas,
para que sean mis ojos
 los que ves mientras duermes.
Y si no hay razones buscaré excusas
para sentirme libre de ataduras.
Y sin impedimentos poder desearte,
que de esta pena yo tenga cura.
Porque no hay razones, pero tengo excusas
para que mi corazón te busque
aun cuando mi razón te rehúya.





ERES EL HIJO DE DIOS
Fuiste un niño como todos,
siempre se es niño alguna vez,
pero tú hacías pájaros de barro
en vez de barcos de papel.

Honraste a tu padre y a tu madre,
fuiste amigo incondicional,
diste todo lo que tenías,
siempre esperando dar más.

Curaste nuestras miserias,
nos enseñaste el verbo amor,
los panes multiplicaste;
eres el hijo de Dios.

Pero aquellos que te amaban
no confiaron en tu amor,
dejaron que te mataran
sin creer en tu resurrección.

¡Tú que anduviste por el agua…!
Si el día de tu crucifixión,
¡hasta los velos del templo
el sufrimiento traspasó!
¿Por qué si tú lo decías?
¿Por qué nadie te creyó?
Resucitaste al tercer día,
pues eres el hijo de Dios.

Volviste de entre los muertos,
nos diste una lección,
ascendiste a los cielos
a la derecha de Dios.

Lloramos los arrepentidos
suplicando tu perdón
y estaremos redimidos
cuando tengamos fe en Dios.

Tener fe es creer en las cosas
que no se pueden probar.
Tú moriste por nosotros,
¿qué queremos probar más?

Jesús el crucificado,
que moriste por amor,
tengo fe en tu palabra.

Eres el hijo de Dios. 


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